viernes, 28 de marzo de 2008

ESPERANZA

Sí se puede, sí podemos (Yes, we can)

Un hombre viejo y bastante achacoso pretendía subir a la montaña. En medio de la plaza del pueblo, comenzó a ponerse sus botas, lentamente. Tomó su mochila y se la puso a la espalda. Tomó el bastón y saludó a dos hombres que estaban allí sentados, en el banco, leyendo tranquilamente el periódico. Entre ellos se mofaban del sorprendente abuelo. Entonces, uno le dice..."Abuelo...¿dónde vas?" Está loco-, se decían. Se ha pasado de rosca-. El otro le dice: "¿Pero, estás bien de la cabeza?¿Dónde vas con esas pintas? ¿Piensas subir a la montaña? El anciano se rió y les dijo: "Mirad: mi corazón hace muchos años que está en la cima de la montaña. Ahora, tan sólo basta con que suba mi cuerpo".
Así, la esperanza, es esa fuerza que tira de nosotros hasta conseguir los sueños. El deseo, alimentado por la gracia de Dios que nos acompaña, hace de nosotros hombres y mujeres de fuego. Así son las personas consagradas: Hombres y mujeres de fuego que tienen su corazón puesto en el Señor. El cuerpo nos importa menos. Por ello decimos: adonde el Señor nos lleve. En tiempos de aparente crisis y desesperanza... nuestro corazón desata una palabra de esperanza que grita al mundo: Sí se puede, sí podemos (Yes, we can). Que nadie lo interprete como campaña electoral...
(domingo 3 de febrero de 2008: del blog PUBLICACIONES CLARETIANAS)

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