miércoles, 19 de octubre de 2011

En la Parroquia de Peronia


Desperté al sonar la alarma del celular y lo primero que oí fue la lluvia fuerte e incesante..."Oh Dios mío" pensé "iremos hoy con los alumnos de cuarto a visitar la parroquia de Peronia?". Fui a la sala, encendí la velita (símbolo del Espíritu Santo) y comencé a orar...Y la lluvia sonaba cada vez más fuerte.

Comencé a preocuparme....Ya cuatro de mis alumnas habían confirmado que no asistirían... Terminé mi oración, subí a preguntarle a mi hija si iría a la universidad (era tarde y aun no despertaba) pero me contestó que hoy no tendría clases. Seguí con la preparación del almuerzo para mi otra hija y para nosotros, y en la cabeza me seguía el pensamiento: "Qué hago con el chofer del bus si no hay suficientes personas para alquilarlo?" Pero dentro de mi, una voz me decía: "Déjaselo a Dios..." Desayuné rápidamente y me alisté para salir para la Escuela...

Llegué a las 8 en punto. Al mismo tiempo iba llegando una de mis alumnas. La capilla de Claret aún estaba cerrada y solamente otra persona estaba en la Escuela. "Bueno Señor, como que no vamos a ir a Peronia..." Ya mi auxiliar me había llamado preguntándome si seguía en pie la excursión. Y le contesté que llegaría a Claret y dependiendo de los asistentes, decidiríamos...

A las 8 y cinco llegó otra alumna. La anterior no creía conveniente que fuéramos pero ésta última sí quería....Y el bus tampoco aparecía a pesar de que lo había reservado para las 8. Llegaron 3 alumnas mas y todavía no decidíamos qué hacer. Llamé al Padre Mauricio para preguntarle cómo estaba el camino y me dijo que todo bien....pero que llamara a las religiosas del Centro de la Mujer porque esperaban que llegaran como 20 personas y nos prepararían comida...Eso hice y amablemente la hermana Juanita me dijo que no me preocupara (creo que Dios me hablaba a través de ella....) Al final decidimos esperar a las 8 y media e irnos en mi carro, la suburban....Justo antes de salir, apareció el chofer de los microbuses y cancelé el viaje con ellos.... Salimos once personas en un carro para 9: parecíamos niños contentos, apretaditos y felices de salir en excursión....Antes de la bajada a Peronia, pasamos echando gasolina y tan lindos, todos colaboraron!

Llegamos a Peronia y subimos hasta la terminal de las camionetas. Luego de ello, comenzamos a buscar el pino que era la indicación para cruzar a la izquierda y encontrar la iglesia católica pero había unos pinitos antes y equivocadamente, cruzamos donde no era.... Tuve que retroceder y llegar a la calle principal, dirigida por mis alumnas del último asiento, esquivando carros y camionetas y todos muertos de la risa... Ya le habíamos preguntado a una vecina y nos indicó el famoso pino y una antena grande que nos serviría de guía para cruzar en la calle de la iglesia....

Al fin llegamos! A todas éstas ya eran las 9 pasadas y teníamos que regresar a la Escuela a las 10!
Don César, el sacristán, nos atendió amablemente a estos "turistas de Peronia" y nos dió el tour por las instalaciones: la librería, donde compramos algunos libritos; la bodeguita donde guardan la soya; el templo, sencillo pero enorme para lo que yo imaginaba y con la imagen de la Virgen María, tan sencilla y linda..; el sagrario, escondido a un costado del altar mayor y donde rezamos una breve oración personal... Quiso enseñarnos la casa donde viven los sacerdotes pero todavía queríamos ir al Centro de la Mujer, con las religiosas que hacen productos de soya y por falta de tiempo, mejor desistimos de conocer la casa.

Decidimos irnos caminando a donde las religiosas (está solamente a 3 cuadras) y seguíamos alegres y contentos como niños de excursión! Llegamos a una mediana edificación de 2 pisos, con academia de mecanografía y una pequeña cafetería que es donde venden los deliciosos productos que preparan con productos de soya: bisquettes, pan de muerto, hamburguesas, tacos, queso, atol de leche de soya, sopes, etc. Nos recibió otra amable religiosa que fue a llamar a la hermana Juanita. Desde la entrada sentíamos el riquísimo olor a pan y la hermana Juanita nos condujo a la cocina donde acababan de salir los primeros panes y a todos se nos antojó! Nos enseñó también la olla y el molino donde procesan la soya....Todas las instalaciones estaban nítidamente higiénicas! Y a la pobre religiosa casi se le quema el pan por estar dándonos el tour!

Regresamos a la cafetería y creo que casi los dejamos sin qué vender porque todos queríamos comprar algo, además ya era la hora de refaccionar....Y fue lindo ver como compartían unos con otros lo que habían comprado para refaccionar y así probar de todo un poquito...

Creo que cada una de estas bellas personas disfrutaron este breve paseo a conocer a nuestros vecinos de Peronia. Lo que ellos no saben es que, para mi, el compartir estos momentos con ellos y tener el privilegio de hacerlo fuera de clase, inundó mi corazón de gozo tanto así que ahora, en que ya termina este lindo día, no quise ir a descansar sin guardar en la memoria de este blog la alegría de esta mañana tan especial.



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