Estoy triste
y esta tristeza se me anuda al cuello,
se me cuela al alma,
se me escurre en lágrimas
y es el enojo,
el que se me ha transformado en tristeza.
¿Dónde está mi misericordia,
mi perdón,
mi paciencia?
¿Dónde la confianza,
la Fe y la Esperanza?
Las palabras que con tanta ternura te dije
y el amor sincero con el que quise hacerte conciencia,
se me esfumó como el humo de tu cigarro.
Y aquí estoy de nuevo
llena de tristeza.