sábado, 19 de febrero de 2011

RECUERDOS DE PAPÀ....


19 de febrero de 2011

Ayer papi cumpliò 31 años de haberse ido...Es raro pero ya no me da tanta tristeza como antes, es cierto que el tiempo sana las heridas.

Junto con mamá y Mariela fuimos a misa en Claret, celebrada por el Padre Mario Morales. Los demàs de la familia no pudieron o no quisieron venir...El Padre Mario celebrò la misa de una manera muy especial. Fue una "Cristoincidencia" pues cada una de sus palabras reflejaban los sentimientos de este dia tan especial....Corynita estaba emocionada con la misa y al finalizar, fuimos a saludar al Padre y ella muy contenta, le agradeció la celebración tan especial que habíamos compartido. Y el Padre Mario, con un cariño muy especial le dijo: "Qué linda eres!" y mi mamá le respondió, con lágrimas en los ojos: "Hace mucho tiempo que no me lo decían; el único que me decía asì era mi marido..."

Mi papá era un hombre especial, humilde y muy noble. Yo solamente lo conocí durante 18 años y el último año de su vida, compartimos muy poquito porque ya me había casado y lo veìa, a veces, los fines de semana.

¿ Cuál es el primer recuerdo de él que se me viene a la mente? Yo, niña pequeña, sentada encima de un bote de leche en polvo en un mercado de Caracas, viéndolo junto a mi mamá en las compras. No recuerdo abrazos, ni besos, ni juegos. Eso si, recuerdo su famoso "Atiza!" cuando algo no salìa como lo esperaba y el esmero que ponìa en los trabajos manuales que tanto me facilitaban en la escuela... Los fines de semana siempre estaba arreglando "algo" en la casa: poniendo un cuadro, reparando algún electrodoméstico, desarmando cosas descompuestas para después volverlas a armar y que funcionaran, arreglando el jardin....

Me recuerdo a mì misma sentada en una sillita de mimbre artesanal, de esas que fabrican los inditos, en el baùl de una camionetilla viendo hacia atras mientras papà manejaba y mis hermanos "grandes" iban sentados en el segundo asiento para llevar a toda su familia a pasear...

Y, cuando yo ya era la única que quedaba en casa, las salidas los fines de semana a "ver vitrinas"; a misa a Tìvoli donde después en el Centro Comercial Montùfar me compraban un granizado de màquina (me encantaban los de naranja); el irnos al Centro Comercial de la zona 4 a la "Pavallier" a comprar pan baguette.... Tambièn recuerdo su cara de preocupaciòn cuando yo necesitaba libros o uniformes y, entre deudas y apuros, siempre me los daba....

Una vez, por razones de trabajo, tuvo que ir a El Salvador para la fecha de mi cumpleaños. Recuerdo que regresò con una caja de regalo para mi y, cuando la abri, estaba llena de muchos chocolates cuadraditos envueltos en papeles con paisajes....Ha sido uno de los mejores regalos que he recibido en mi vida!

Cuando estudiaba la primaria, el colegio quedaba enfrente de la oficina donde èl trabajaba en el edificio donde estaba Seguros Casa, sobre la 7a. avenida de la zona 9 entre la 7a. y 8a. calles, justo donde ahora estàn las oficinas centrales del Banco Agromercantil. En esa època la jornada de estudio era doble, entonces èl me recogìa del colegio, ìbamos a almorzar a casa y regresàbamos en la tarde, yo a estudiar y èl a trabajar...Me imagino que en el trayecto oìamos radio en el carro y, como a mi me gustaba la canciòn "Butterfly", èl me bromeaba cantando el coro: "Buterfly, my butterfly.....sabes bien que te querrè...." (Y ahora caigo en la cuenta que tal vez por eso siempre me he asociado con una mariposa....)

Mas adelante, siendo adolescente, èl me llevaba y traìa a mis clases de danza moderna en el Teatro Nacional....Siempre era mi papà el que me llevaba y traìa a donde yo iba, aunque cuando ya fui mayor y porque Guatemala era mucho màs segura que ahora, anduve mucho en camioneta cuando su horario de trabajo no le permitìa hacerlo.

Lo recuerdo tambièn en la casa de Granai, haciendo èl mismo, con cemento y arena, en un jardicinto al aire libre en la entrada a la casa, la pecera donde incluso le puso un resbaladero para que las tortuguitas pudieran asolearse y tirarse a nadar en la pileta que construyò. Tuvimos muchos pecesitos que muchas veces se morìan y reflexionando en retrospectiva, creo que la idea surgiò por los peces que yo siempre me ganaba, por buenas notas en el colegio, allà en el Restaurante Canton de la zona 1... Asì que creo, que con mucho cariño, la construyò para mì y mis pecesitos...

Màs tarde, cuando entrè a estudiar magisterio en el Belga, me pidieron un maletìn especial, como pizarròn portàtil para pegar los dibujos de pelum para enseñar a los chiquititos y èl, con sus manos trabajadoras carpinteras me lo construyò... Mi papà construìa lo manual y mi mamà nos tejìa y cosìa nuestra ropa. Se complementaban muy bien....

Cuando me casè, mi suegro me llevò en su carro elegante a la iglesia. Y mi papà, tembloroso y emocionado, caminò conmigo ese pasillo para entregarme, para siempre, a mi querido esposo. ¡Quièn nos dirìa que dos años màs tarde, mi papà ya se habrìa ido!

Y cuando naciò Pamela, mi hija mayor, se fue a la tienda "Mi Amigo" (asì decìa la etiqueta del regalo) gastàndose un montòn de dinero que le podrìa hacer falta y le comprò un pijamita muy linda y de tela muy suave que me entregò, en mi cama de hospital mientras cargaba a mi bebita, con ojos llenos de làgrimas y emociòn....

El ùltimo fin de semana de su vida nos invitò, a Oscar, a Pamelita y a mi, a almorzar en su casa. Ya no era el mismo papà que contaba chistes y se reìa con con sus colmillitos de vampirito que mi hermana Nurya y yo heredamos....Ahora era un hombre triste, apesadumbrado por las cargas econòmicas y las deudas, envuelto en una secreta depresiòn que ninguno de nosotros notò. Mas sin embargo, abriò una botella de "marsalla al huevo"celebrando que su hijita menor, su esposo y su bebita llegaban a compartir con ellos el almuerzo. Brindamos, platicamos, almorzamos y nos fuimos de regreso a la casa donde temporalmente vivìamos, la de mis suegros, porque yo estaba a pocas semanas del nacimiento de nuestra segunda hija, Gaby. Al dìa siguiente, lunes 18 de febrero de 1980, estaba yo refaccionando con mi suegra y unas amigas de ella, tomando cafe con champurradas y alegando de que el cafè estaba muy "amargo". Y era que le habìan puesto secretamente un tranquilizante para darme "la noticia": a mi papà lo habìan encontrado muerto....

Y, en el velorio en Funerales Reforma, lo vì en el ataùd por ùltima vez y me consolò verlo con su traje elegante color cafè pero con una gran sonrisa de paz....Y pensè: "Me haràs falta papà pero ya estàs en paz..."

Hoy, 31 años màs tarde, recuerdo todo esto en homenaje a mi papà. Mis hijas no lo conocieron, ni siquiera la mayor (por ser tan pequeñita en esa època) pudo gozarse al excelente abuelo que tuvieron. Me lo imagino fabricàndoles juguetitos de madera o ayudàndolas en sus trabajos manuales; viniendo con mami a visitarnos en su carrito y trayèndoles dulces; contàndole chistes a Oscar o escribiendo dedicatorias en tarjetas de cumpleaños con su linda escritura a mano con su pluma fuente con tinta color verde....

Pero se que desde el Cielo, siempre ha venido a visitarme y ha estado conmigo. Y ahora se que me visita mas, sobretodo para apoyarme y darme paciencia con mama (¡que paciencia le tenìa el!) y aconsejarme como decìa en su ùltima carta: "Y a todos ruego, que bajo ninguna circunstancia, abandonen a esa MARAVILLOSA MADRE que el destino les diò, cuya alta calidad de esposa no he sabido apreciar..."

¡Gracias Señor por mi papà!