viernes, 10 de octubre de 2008

NUESTROS DEMONIOS






Enviado: viernes, 10 de octubre de 2008 03:20:04 a.m.
Día litúrgico: Viernes XXVII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 11,15-26):
En aquel tiempo, después de que Jesús hubo expulsado un demonio, algunos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios». Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo.

Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.

»Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: ‘Me volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio».


Este Evangelio nos habla sobre los demonios y yo, recien despierta de la siesta, recorde todas las circunstancias que afectaron mi vida matrimonial a partir de esa fiesta de re-encuentro de amigos del colegio en marzo del 2008. Conscientemente, no quise recordar los detalles ya que no quiero que se me abra la herida de mi corazòn pero sì reflexione que, los demonios, a los cuales se refiere Jesùs, no son precisamente esos que deben ser exorcisados por un sacerdote y que sacan espumarajos por la boca de los poseidos, sino aquellos que transforman a personas buenas y sentimientos nobles en seres miserables y faltos de amor...... Este fue el demonio que, temporalmente, puso un barranco de separaciòn entre mi esposo y yo.

Agradezco a Dios infinitamente porque fue Su Dedo el que señalò al mal y lo expulsò de nuestro matrimonio.....